El dinero es un bien escaso, y más si se es joven. Ahorrar puede ayudar a muchos jóvenes a lograr distintos objetivos tanto en la vida personal como profesional. Comprar una casa o crear una empresa pueden ser ejemplos de los sueños de los más jóvenes. Y para cumplirlos, el ahorro puede ser un importante aliado. Ahorrar es más un hábito y una estrategia útil que una acción puntual o poco premeditada; ahorrar dinero de forma periódica y estable a lo largo del tiempo no es nada fácil. Nunca es demasiado pronto para ahorrar, y cuanto antes se empiece, mayores serán sus frutos.
Para una persona joven, desarrollar la capacidad y el hábito de ahorrar tendrá un impacto positivo a lo largo de toda su vida. Comprender el funcionamiento del dinero, la inversión y el ahorro a escala individual es muy importante en este sentido. La toma de decisiones de la gestión de las finanzas personales en la vida diaria es un proceso largo de aprendizaje y muy necesario para los más jóvenes. Lo ideal es aprender a ahorrar desde pequeños con el asesoramiento de los padres.
Cuando un joven está estudiando puede conseguir ahorrar todos los meses gracias al análisis de sus gastos y su comportamiento diario. Algunos consejos para ahorrar en la etapa de estudios son los siguientes:
–Establecer, en primer lugar, unos objetivos reales de ahorro y unas metas a corto, medio y largo plazo. Financiar estudios de máster y cursos de especialización pueden ser objetivos a corto plazo. Ahorrar para adquirir un coche o una vivienda pueden ser otro tipo de objetivos.
– Diferenciar las metas entre inversión y gasto. Ahorrar dinero para mejorar la formación o para crear una empresa es una inversión, mientras que ahorrar dinero para comprar una moto o un viaje de ocio es un gasto. Es preferible dar prioridad al ahorro para metas de inversión que para metas de gasto. El ahorro para inversión nos aportará, probablemente, más ingresos, mientras que los gastos nos empobrecerán.
– Comer en casa en vez de comer en el trabajo o en la universidad es una forma de ahorrar. Cocinar la comida en casa y llevarla al trabajo o a la universidad es una solución que nos ahorrará un importante dinero cada mes.
– Evitar usar las tarjetas de crédito y préstamos. En todo momento es muy importante alejarnos de las tarjetas de crédito y de los préstamos. Lo más recomendable es pagarlo todo en metálico para llevar un mejor control de los gastos.
– Planificar la compra antes de ir al supermercado. La planificación del gasto es muy importante, por lo que para evitar compras no planificadas y compulsivas es importante elaborar una lista de la compra antes de ir al supermercado.
– Primero, ahorrar a principios de mes; luego, gastar lo que sobra. Ahorrar no es guardar lo que sobra. Si lo hacemos así, seguramente a final del mes nos sobrará poco y nuestra capacidad de ahorro será muy baja y limitada. El verdadero ahorro surge de destinar, a principios de mes, un porcentaje del presupuesto total (el 10 %, el 20 %, el 30 % o más, en función de las posibilidades económicas) a aquel, para poder gastar el resto.
– Aprovechar las ofertas y comparar precios de todos los servicios que se usan habitualmente (comida, telefonía, internet…). Optimiza las compras y no dudes en cambiar de proveedor de móvil o de supermercado cuando consideres que puedes comprar lo mismo más barato.
– Aprender a invertir el dinero ahorrado. La forma de que crezcan tus ahorros es diversificando las inversiones a través de distintos instrumentos (depósitos, acciones, bonos…).
– Reciclar y evitar la costumbre de usar y tirar. Ahorrar también significa no desperdiciar comida, libretas, papel, productos de limpieza, etc.; es una actitud y un hábito que va más allá del dinero.
– Controlar los gastos. En papel o en una hoja de cálculo creada en el ordenador puedes llevar un buen control de tus gastos mensuales. De este modo tendrás una imagen fiel de la realidad de tus gastos y sabrás cómo optimizarlos para gastar menos y ahorrar más.
– Aprovechar las tarjetas de fidelización y las tarjetas de descuento (como el carnet joven) para poder acceder con mejores precios, a distintos servicios y productos de consumo habitual.
– Comprar libros de segunda mano y usar más las bibliotecas puede suponer un importante ahorro durante los estudios.
Al seguir estos consejos un joven estudiante no solo conseguirá ahorrar, sino que sentará las bases para poder alcanzar muchos sueños y retos que se plantee a lo largo de su vida.