Joan Locutura Moré (Cardedeu, 1987) es Ingeniero Industrial Superior desde 2011, diplomado en Tecnologías Ferroviarias y Máster en Ingeniería de Competición (UPC-ETSEIB). Actualmente, es Ingeniero de Pista en el Mundial de Motociclismo de Moto2. Es formador, realiza impresión en 3D y está inmerso en varios proyectos de diferentes Ingenierías dentro del sector de la motocicleta.
¿Por qué decidiste estudiar ingeniería industrial?
Desde muy pequeño sentía mucha curiosidad para saber cómo funcionaban las cosas. Siempre me preguntaba el por qué de su desarrollo y de la razón, o el misterio que las hacía funcionar. Me ha gustado aprender e ir madurando tanto tecnológicamente como en conocimientos. Tenía la vocación de inventar, de pensar, de mejorar… Desde muy joven leía documentación técnica, proyectos y evoluciones.
Años después, y antes de cursar el bachillerato, ya tenía claro que quería estudiar una ingeniería. Cuando vi la lista de posibilidades, la que me atrajo más fue la Ingeniería Industrial. Me abría muchas posibilidades de adquirir conocimientos en aquellas áreas que me interesaban.
¿Durante los años de estudiante, hiciste alguna estancia (Erasmus) en el extranjero?
Sí, estuve en Italia, concretamente en Milán, en el Politecnico di Milano. Además de una experiencia de aprendizaje, me lo tomé como una oportunidad de enriquecimiento personal, de conocer otro idioma, que más tarde me ha servido para trabajar con equipos italianos, para convivir y adaptarme en un lugar lejos de mi zona de confort.
Italia es un país con una gran pasión motociclista. Han sido pioneros en muchos ámbitos y todo esto se respira en la zona de Milán, la Lombardía. Muchos son pequeños artesanos que han adquirido su conocimiento mediante el desarrollo y la innovación. Estos son capaces de enseñarte, en una hora, el que quizás nunca llegarás a aprender durante los estudios universitarios. Otros son grandes industrias dedicadas a este mundo, sea de manera directa o indirecta, que cuentan con muchos años de experiencia.
Allí, en el Polimi (Politecnico di Milano) realicé mi proyecto final de carrera, donde comparé dos chasis de motocicleta (un tubular y un deltabox). Hoy, después de la experiencia obtenida, cambiaría muchas cosas de aquel proyecto, pero me sirvió de base para entrar en este mundo.
Aparte de esto, y para mejorar mi nivel de inglés y crecer como persona, desde los 16 años y durante varios veranos -y gracias a algunas becas- realicé estancias en diferentes países como Irlanda, USA, Canadá y Nueva Zelanda.
¿Cuando empezó a interesarte el mundo del motor?
Aproximadamente a los 6 años, durante los inicios de Schumacher con Ferrari y del motociclismo con Crivillé. Esperaba que llegaran los domingos para ver las carreras. Entonces, no había un acceso tan amplio a la información como hoy en día pero, siempre que podía, convencía a alguien para que me llevara a algún acontecimiento en el Circuito de Cataluña, así como a encuentros de coches o de motos. Veía que, para mí, todo aquello era una gran pasión.
En mi pueblo, Cardedeu y cercanías, siempre ha habido una gran tradición del motor. Como muestra, la ubicación de la base del equipo del mundial de motociclismo (BQR, actual AvintiaRacing) y del equipo de camiones del Dakar (Epsilon), pilotos como Edgar Torronteras, Pedro Martínez de Rosa y Alex Palou y la formación de Casey Stoner y Dani Pedrosa, bajo las órdenes de Alberto Puig.
Cuando con 18 años me saqué el carné de conducir, me iba solo a ver los acontecimientos al Circuito, fueran entrenamientos de motociclismo, F1 o, simplemente, carreras de ámbito estatal.
Recuerdo muy intensamente cuando mis padres me regalaron unas vueltas como copiloto con un Fórmula 1. Todavía hoy me supone uno de los grandes recuerdos de mis 18 años y se me pone la piel de gallina recordando la sensación de soportar aquellas fuerzas de frenada al final de la recta. Es entonces cuando valoras realmente la complejidad de llevar al límite estos vehículos durante tantas vueltas.
¿Cuando decidiste especializarte en motor? ¿Qué fue el que te motivó a trabajar en esto?
Estaba en el cuarto año de carrera y veía que, entre las grandes posibilidades que me daba la ingeniería, el mundo del Motorsport era mi deseo. Con ganas de lograr nuevos retos envié el CV al equipo de motos que tenía la base a mi pueblo (antiguo BQR y actual Avintia Racing). Estuve con ellos con el objetivo de, a pesar de sentirme un novel, aprender y enriquecerme con respeto y humildad en un mundo donde, aunque hay gente muy preparada, con muchos conocimientos y con muchos años de experiencia, la figura del ingeniero todavía se veía alejada. A menudo se veía sobrepasada por las calidades obtenidas por el aprendizaje a lo largo de los años y eran escépticos con la aportación de un CAD o un estudio de elementos finitos o una hoja de cálculo.
Gracias a comentaristas como Joan Villadelprato y Vicenç Aguilera, a quienes deseo mucha suerte en la etapa actual como miembros de la junta directiva del Colegio de Ingenieros, me vi reflejado en lo que yo quería ser: una persona que analizara los detalles que podían marcar las grandes diferencias y donde la aplicación de los conocimientos obtenidos a la carrera ayudaran a mejorar, no solamente la moto o el piloto, sino a todo el entorno.
¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?
Siempre he intentado enfocar la trayectoria profesional hacia mi pasión. Encuentro que, siempre que se pueda, el trabajo se tiene que disfrutar. Es una parte muy importante del tiempo a nuestra vida. La motivación es la mejor medicina para continuar aprendiendo e intentar ser cada día algo más competitivo.
Junto con la carrera realicé la Diplomatura de Tecnologías Ferroviarias, que me permitió disfrutar de una beca a Alstom durando casi dos años.
Como he explicado, al 2010 entré al equipo BQR donde me inicié en este mundo. Participé de forma altruista pero con muchas ganas. Iba a algunas carreras del Campeonato del Mundo.
En 2011 me fuí a Italia, donde acabé mi máster. En 2012 entré en Cero Design, con el desarrollo de la GasGas y donde, paralelamente, fundé mi empresa JLM Engineering, dedicada al diseño CAD y, desde 2013, a la impresión 3D. Durante el 2012 también realicé el Máster en Ingeniería de Competición. Entre 2013 y 2014 entré en Promoracing para hacer de Ingeniero de Pista de Aron Canet a Moto3.
Fue en este periodo cuando me inicié en la impresión 3D y dónde, actualmente, sigo trabajando para clientes propios. También damos formación a empresas y escuelas, asesoramiento técnico a distribuidores y disponemos de tres impresoras de última generación. Es un elemento clave de la industria actual y futura, y ser pionero me ha ayudado mucho a ir un paso por adelantado. Gracias a las 10.000 horas de impresión que actualmente traemos, hemos podido probar más de veinticinco materiales a diferentes temperaturas, velocidades y resoluciones para obtener la máxima calidad.
En 2015 entré en el equipo Arguiñano Ginés Racing (AGR) con Steven Odeendal a Moto2.
Durante 2016 y 2017 estuve en el Mundial de Superbikes siendo ingeniero de pista de Alex de Angelis, donde aprendí a utilizar el sistema Magnetti Marelli (similar al utilizado a MotoGP) y donde la electrónica toma una parte fundamental gracias a las diferentes configuraciones que se pueden llegar a realizar.
Actualmente, soy Ingeniero de Pista de Moto2 en el equipo Tarea Racing. Desarrollo proyectos con la empresa Automotive Technical Projects (ATP) e investigo y realizo proyectos de 3D.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Intentar buscar hasta la última décima, sea desde la parte técnica o ayudando al piloto, mediante la correlación entre la realidad y la telemetría. Es un trabajo pasional, no cuentan las horas dedicadas, no hay un horario, el que realmente cuentan son los resultados y/o las progresiones del día a día, los trabajos, los retos y las mejoras.
Es aquí, en el mundo del Motorsport, donde encontré una gran aplicación de la impresión 3D, probando una mejora en pocas horas y haciendo el apoyo por un conector concreto. Se tiene que ser muy reactivo y rápido, pero a la vez conciso y claro para buscar la solución óptima en un tiempo reducido.
Por otro lado, mi trabajo hace que tenga que cambiar de país, de ambiente, de clima y de gente muy a menudo, pero siempre estoy con el mismo equipo humano , y esto es enriquecedor.
Lo que más me gusta de mi trabajo es que es un hobby para mi. Lo vivo con pasión y ganas, siempre con motivación para seguir creciendo e intentar ser algo mejor cada día.
¿Qué metas u objetivos tienes para el futuro?
Está claro que la meca del motociclismo sería MotoGP, pero despacio. Pienso en trabajar mucho y de la mejor manera posible, puesto que tiendo a aspirar al máximo. No quiero que me queden remordimientos por no haberlo intentado. Pero siempre hay unos límites que como la salud y la vida. Se tiene que disfrutar cada momento y dar el máximo de las posibilidades de uno mismo, manteniendo el equilibrio entre el trabajo, la familia y el ocio.
En unos años me gustaría formar parte del I+D de una marca. Por mis prioridades y características, es donde me siento más identificado. Tampoco descarto hacer un Dakar en un futuro próximo. Me gustan los retos.
¿Qué consejos darías a los estudiantes de ingeniería que quieren seguir tus pasos?
La confianza en un mismo es básica. La persistencia e intentar trabajar siempre al máximo posible. Más tarde o más temprano la implicación da resultado. Eso sí, combinada con un poco de suerte: encontrarse en el lugar y el momento adecuados para hacerse un agujero y contar con buenas referencias.
Las ganas, la humildad, la motivación, la rigurosidad y la determinación, son las bases del crecimiento. Quién tiene la voluntad, tiene la fuerza.
Los equipos que hay actualmente en ETSEIB ayudan mucho a catapultar a los jóvenes estudiantes, que serán los futuros ingenieros de los diferentes equipos. Apoyo positivamente apuestas como estas que, gracias a empresas o instituciones como la Mutua de los Ingenieros, se pueden hacer posibles.
A principios de la carrera debes relativizar los beneficios económicos para dejar fluir a la proyección profesional y, sobre todo, el valor del entorno que te rodea. He tenido la posibilidad de estar con gente con gran experiencia y muy bien situada, como Pere Orilla (3 veces campeón del mundo de Superbikes) o Xavier Soldevila (Ingeniero de MotoGP). Su experiencia y determinación ayudan mucho a crecer. Ahora bien, las ganas, la humildad, la motivación, la rigurosidad y la determinación, son las bases del crecimiento.
Quién tiene la voluntad, tiene la fuerza.