Albert Pont Guixa estudiante de la UPC que ha estado de Erasmus en Francia.
1. Explícanos ¿Qué es ir de Erasmus?
Ir de Erasmus son muchas cosas a la vez, pero por encima de todo es una etapa de aprendizaje y de crecimiento personal.
Para mucha gente irse de Erasmus significa dejar su casa por primera vez. En ese aspecto, irse de Erasmus es aprender a volar ya sin la ayuda de los padres: gestionar la burocracia del país de acogida y el papeleo de las becas, aprender a organizar tu tiempo (comprar para comer, lavar la ropa, cocinar, limpiar…) y otras muchas pequeñas cosas del día a día que no vemos cuando estamos aún viviendo en casa de los padres. Desde mi punto de vista es una parte de la experiencia del Erasmus que te hace crecer muchísimo como persona.
En paralelo a lo anterior, están evidentemente los aspectos más apetecibles del Erasmus como disfrutar de la libertad que te da vivir de forma independiente. Ir de Erasmus es conocer la cultura de otro país, conocer a gente de todo el mundo con los que (muy probablemente) harás una amistad tan corta como intensa que durará toda la vida. Erasmus es aprender lenguas (a veces no sólo la del país de acogida), conocer otro modelo educativo, aprender sobre gastronomía de todo el mundo, diferentes formas de pensar, formas distintas de vivir, es hacer turismo, descubrir nuevas actividades y realizar muchas aventuras.
2. ¿Qué trámites tuviste que hacer para ir a Francia?
En Francia un trámite especialmente duro es conseguir residencia, los trámites para entrar en las residencias acostumbran a ser largos y repletos de documentación. Hay que tener en cuenta que en Francia se pide normalmente que el pago del alquiler esté garantizado por una persona residente en Francia (que tengas un garante francés). Esto te lo puede facilitar un familiar o conocido francés. También existe la posibilidad de pagar una pequeña cuota al estado francés para que te haga de garante (en caso de alquilar una habitación en una residencia).
A parte de los trámites de la residencia, es indispensable abrir una cuenta en un banco francés y es muy útil adquirir rápidamente una tarjeta SIM francesa con la que poder operar (los precios son muy bajos respecto a la telefonía móvil española).
Finalmente, se deber estar rápidamente informado de la ayuda al alquiler que el gobierno francés da a todos los estudiantes matriculados en universidades francesas (lo que se conoce como la CAF). Un certificado internacional de nacimiento es indispensable para hacerse con esta ayuda, así que es un documento a realizar, si es posible antes de irse.
3. ¿Te pidieron algún idioma en concreto?
El idioma que se pedía era un nivel de francés de B1 o un B2 de inglés. Si el nivel de francés era por debajo de B1, estabas obligado a seguir un curso de 3 semanas en agosto para llegar a un nivel aceptable el día de inicio de las clases. En mi caso, tenía el nivel B1 de francés y el C1 de inglés. Aún así, decidí realizar el curso de francés durante el mes de agosto para reciclarme y resultó ser una buena experiencia porque muchos de los Erasmus también lo hicieron y nos conocimos todos allí.
En mi universidad la formación de ingeniero se hacía casi en su totalidad en francés. Por otro lado, las formaciones de Máster eran impartidas totalmente en ingles.
Es muy recomendable, pues, llegar con un nivel de francés bueno (mínimo B1) para sentirse más o menos cómodo desde un inicio con la lengua, ya sea para entender bien lo que se explica en clase, como para hacer trámites, conocer a la gente y tener una vida activa en el país.
4. ¿Qué te ha aportado tener la posibilidad de salir fuera?
Lo primero que destacaría de mi experiencia en el extranjero es haber tenido la posibilidad de aprender al 100% una lengua, en este caso el francés; conocer otro modelo de educación distinto al español y crecer como persona.
Aunque no lo pueda parecer, el modelo francés de estudios de ingeniería es bastante diferente al modelo español, por lo que la capacidad de adaptarse es muy importante. Las horas diarias de clase, la cantidad de asignaturas y la duración de éstas varían enormemente con respecto al concepto de estudios universitarios que tenemos en España.
También en lo relacionado con los estudios, salir fuera me ha servido para darme cuenta que los pequeños detalles que nos parecen tan importantes dentro de nuestra universidad (cursar una determinada optativa de pocas horas, por ejemplo) tienen un impacto muy pero que muy pequeño fuera de ese entorno. Fuera de España soy sencillamente un Ingeniero Industrial de la UPC y en las entrevistas con empresas francesas tengo que explicar muy a menudo el contenido de mi diploma español para que entiendan realmente de qué se trata.
Por último, salir fuera me ha ayudado mucho en el aspecto de inserción laboral y de valorizar mis años de estudio. Mi idea al empezar el doble diploma era volver a Barcelona justo después de realizar las prácticas en el extranjero. Durante los dos años en la universidad francesa, he podido aprovechar el contacto directo con las empresas del sector aeronáutico y encontrar unas prácticas de mi agrado ha sido realmente fácil, cosa no tan corriente actualmente en España.
Así pues, salir fuera me ha servido para ver que la inversión hecha en una carrera tan complicada como las de ingeniería sí que se valora mucho más fuera de nuestro país. Esta razón y la posibilidad de encontrar fácilmente un empleo en Francia que me convenza, me han llevado a reconsiderar mi idea inicial y justo después de finalizar mis estudios he encontrado un primer empleo en Toulouse dentro de la industria aeronáutica.
5. ¿Qué consejos le darías a alguien que tenga pensado ir de Erasmus este año a Francia?
Primero de todo, estudiar francés para llegar en las mejores condiciones posibles allí. La lengua no es sólo una herramienta para poder seguir las clases, también es una herramienta para conocer gente, poder hacer planes cómodamente, conocer mejor el país e integrarse en el estilo de vida francés.
En general, los franceses agradecen que uno se haya molestado en aprender su lengua, aunque no la hables perfectamente. Además, ciertas universidades pueden llegar a no admitir estudiantes si el conocimiento de la lengua es demasiado básico.
Otro aspecto a tener en cuenta, como supongo que en todos los países, es evitar dejar los papeles para más tarde. Este tipo de cosas se olvidan y los plazo son siempre estrictos.