Cuando llega el verano, parece que todo es más fácil: los días son más largos, las noches más animadas y nuestro lado más “gastador” sale a la luz. Entre salidas improvisadas, viajes de fin de semana y comidas al aire libre, es habitual que nuestro presupuesto empiece a tambalearse sin que sepamos exactamente adónde ha ido a parar el dinero. Es aquí donde entran en juego los temidos gastos fantasma: esos pequeños pagos que parecen inofensivos, pero que, sumados, pueden arruinar tu plan de ahorro veraniego. ¿La buena noticia? Se pueden detectar y reducir con unos cuantos trucos sencillos.
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¿Qué son los gastos fantasma?
Los gastos fantasma son esas pequeñas salidas de dinero que pasan casi desapercibidas pero que, sumadas, pueden representar una parte importante de tu presupuesto. No son grandes compras ni inversiones, sino esos cafés diarios, suscripciones que no utilizas o compras impulsivas que no tenías previstas. Durante el verano, estos gastos tienden a aumentar porque estamos más relajados, salimos más y nuestro control económico se suaviza.
¿Por qué aumentan en verano?
El verano es sinónimo de planes improvisados, viajes y terrazas. Esto hace que los gastos fantasma aparezcan más a menudo: un helado en la playa, una bebida extra por la noche, una entrada de última hora para un concierto o un suplemento de equipaje porque la maleta no cerraba. El calor, las vacaciones y el buen ambiente nos llevan a gastar más sin pensarlo demasiado, y es aquí donde el presupuesto puede sufrir.
Suscripciones y servicios que no utilizas
Muchas veces, durante las vacaciones, mantenemos activas suscripciones que no usamos: plataformas de streaming, gimnasios o servicios digitales. Estos gastos fantasma pueden sumar más de lo que crees. Una buena práctica es revisar todos los cobros recurrentes antes de que empiece el verano y cancelar los que no vayas a utilizar durante unos meses.
Compras impulsivas en viajes
Cuando viajamos, es fácil dejarse llevar por la emoción y comprar recuerdos, ropa o gadgets que después acaban olvidados en un cajón. Este tipo de gastos fantasma son especialmente habituales en mercados locales o tiendas turísticas. El mejor consejo es establecer un presupuesto diario y llevar efectivo para controlar mejor el gasto.
Comida y bebida fuera de casa
Las comidas fuera de casa son uno de los grandes agujeros del presupuesto veraniego. Cenas con amigos, desayunos en la terraza, tapas improvisadas… todo suma. Los gastos fantasma aquí vienen del “ya que estamos, pedimos un postre” o “una ronda más”. Planificar comidas en casa, llevar snacks y establecer un límite para las salidas puede marcar la diferencia.
Transporte y desplazamientos
Durante el verano, hacemos más trayectos cortos que no siempre planificamos: taxis por pereza, peajes innecesarios en coche o transporte público pagado con tarifas simples en lugar de bonos más económicos. Estos gastos fantasma son fáciles de evitar si planificas tus desplazamientos y compartes trayectos con amigos.
Actividades y ocio no planificados
Las fiestas populares, conciertos y actividades deportivas forman parte del encanto del verano, pero también son una fuente de gastos fantasma si no controlas el presupuesto. No se trata de dejar de disfrutar, sino de elegir bien: seleccionar un par de actividades destacadas y ajustar el resto a opciones gratuitas o de bajo coste.
Pequeños placeres que se hacen grandes
Un café cada mañana, una botella de agua comprada cada vez que sales, helados frecuentes… estos pequeños gastos fantasma no parecen importantes hasta que haces cuentas a final de mes. Llevar tu propia botella reutilizable o preparar el café en casa son gestos que ahorran más de lo que piensas.
Cómo detectar tus gastos fantasma
La mejor manera de combatir los gastos fantasma es identificarlos. Una técnica sencilla es anotar todos los gastos durante un mes y clasificarlos entre necesarios y prescindibles. También puedes utilizar aplicaciones de control financiero que te avisen de suscripciones inactivas o patrones de gasto que pasan desapercibidos.
Inspirit y sus planes de ahorro para jóvenes
Evitar los gastos fantasma es solo el primer paso hacia una buena salud financiera. En Inspirit Mutua, entendemos que los jóvenes quieren disfrutar del verano sin preocuparse por llegar a fin de mes, por eso ofrecemos planes de ahorro especiales para jóvenes, como el Wallet Inspirit o el Inspirit Mutua Retirement. Estos planes te ayudan a organizar tus finanzas, ahorrar de forma constante y disponer de un colchón económico para tus proyectos futuros. Porque cuidar tu economía también es una manera de vivir el verano con más libertad y tranquilidad.